Ciudad del Cabo, encanto mediterráneo en el extremo sur de África

EXPRESO - 24.06.2012

Aquí también se dan cursos breves, talleres de elaboración de joyas con cuentas de colores, maderas y materiales naturales, y cuenta con tienda y un museo dedicado a la historia y el arte africanos

Texto y fotos: Ana Bustabad Alonso
Dicen de ella que es la ciudad más bonita de Sudáfrica y una de las espectaculares del mundo. Pero eso en Ciudad del Cabo no se descubre hasta que has subido a la Table Mountain, o te has asomado a su paisaje de postal desde la pequeña isla de Robben Island.
A pesar de su situación geográfica, al sur del inmenso continente africano, en sus calles tranquilas y descolocadas se respira un ambiente cosmopolita, europeo, mediterráneo incluso. Perfecta también para escapadas casuales o viajes románticos, Cape Town es uno de los destinos MICE más especiales.
Capital de una región sorprendente en la que la oferta de actividades es muy amplia, resulta perfecta para viajes de incentivo o reuniones. Pero también para grandes eventos y ferias, porque cuenta con buenas comunicaciones, mejores hoteles y un innovador centro de congresos.
Cape Town no es como te la esperas. Al menos, no es como yo me la esperaba. Te recibe cercana, perfectamente abarcable, sin alharacas de gran ciudad, porque la urbe más elegante de Sudáfrica no las necesita.
Llegando al ‘Cabo’ nos recibe un viento fuerte poco habitual, pero la temperatura es fantástica. De hecho, la ciudad presume de tener 312 días de sol al año.
De camino al centro desde el aeropuerto, al que llegan cada año unos dos millones de turistas, pasamos junto al famoso hospital Somerset, donde en 1967 el doctor Christian Burns practicó el primer trasplante de corazón del mundo.
A la izquierda, la inmensa y omnipresente Table Mountain, una de las montañas más fotografiadas del mundo; a la derecha, la bahía –Table Bay- que acoge la ciudad, y una zona industrial, con plataformas petrolíferas en el agua.
Desde aquí divisamos ya los tres distritos urbanos de Ciudad del Cabo, bien diferenciados. El centro, la zona de las playas, hacia el este, y entre ambos el Waterfront, el distrito más vivo y cosmopolita, donde la vida se mueve ininterrumpidamente.
Un centro para descubrir caminando
El centro está plagado de teatros que revelan una vida cultural intensa. Pero también de mezquitas, de iglesias, de tiendas… Aquí se puede encontrar una mezcla de cultura, comida, música y artesanía procedentes de toda África.
La antigua estación de tren de Cape Town, de donde parten todavía ferrocarriles míticos como el Rovos Rail, presta sus soportales, siguiendo las ordenanzas municipales, a unos cuantos puestecillos callejeros.
Justo enfrente, las calles peatonales y el St. George’s Mall, a las que hay que dedicar al menos una mañana de paseo. Desde Long Market se llega enseguida al mercadillo Green Market, situado en la plaza de la iglesia. Se llama así porque originariamente era un mercado de verduras, pero lo que abunda ahora son productos de artesanía, a muy buenos precios y procedentes de toda África. Rodeando los puestos, varios bares con terracita.
Otra de las mejores calles de compras es la Burg Street, al lado de la iglesia Central Methodist. En esta zona encontramos muchas tiendas de arte y ropa baratos, en los bajos de edificios victorianos, georgianos… Al doblar la esquina, en la confluencia de Burg con Castle, un punto imprescindible para viajeros, la oficina de Turismo de Cape Town.
A dos manzanas, el Taj Hotel, con las mejores habitaciones de toda la ciudad y fantásticamente situado para disfrutar de los encantos del centro urbano, que cuenta además con una terraza muy agradable para desayunar en plena calle.
Más cerca ya del mar, una glorieta rodeada de banderas rinde tributo al navegante portugués Bartolomeu Dias, quien allá por 1487 fue el primer europeo en doblar el cabo de Buena Esperanza.
A pocos metros, el Cape Town International Convention Centre (CTICC), verdadero centro neurálgico de los grandes eventos que acoge cada año la ciudad.
Icono de la arquitectura contemporánea sudafricana, además de salas clásicas, su interior esconde espacios tan polivalentes como un auditorio con capacidad para 1.500 personas; cuatro naves diáfanas para celebrar conciertos, ferias u otros macroeventos, de 10.000 m2 cada una; salas acristaladas con cocina, baño e incluso dormitorio; zonas arboladas interiores, perfectas para un coffee break o una comida informal.
De espacios totalmente accesibles, con ascensores que se activan mediante la voz, en el CTICC se pueden celebrar todo tipo de eventos de entre 10 y 11.300 personas, su máxima capacidad.
Cuenta también en su interior con una oficina de Turismo de Cape Town, un cigar bar, y una enorme sala acristalada con vistas inmejorables al puerto y al centro de la ciudad. Especialmente agradable por la noche, cuando la Table Mountain recorta su silueta iluminada contra el cielo. 
Table Mountain, el símbolo del Cabo
Es una de las tres montañas que rodea al Cabo (a la ciudad del Cabo). Las otras son la Cabeza del León y el Pico del Diablo. La Table (mesa) Mountain es la más representativa. Hoy la vemos despejada, ‘sin mantel’.
Subiendo hacia la Table Mountain hacemos una parada en la parte alta de la ciudad para conocer Bo-Kaap, el Barrio Malayo, una zona de casitas de colores donde se mezclan ciudadanos de etnias procedentes de todo el mundo.
Aquí hay un hotel de cinco estrellas propiedad de la comunidad musulmana, haciendo esquina con la avenida Kloof. En la misma calle está el Jewel Africa, donde se pueden comprar algunos de los mejores diamantes sudafricanos.
Colina arriba encontramos bastantes casitas con jardín que acogen viajeros en régimen de Bed & Breakfast. Un poco más adelante, The Chocolate House, en el 145 de la avenida Kloof, cerca ya del teleférico.
El camino continúa ascendiendo entre pinos romanos, altos. La ladera de la montaña está salpicada de chalecitos, casitas coloniales con buenas vistas sobre la ciudad. Son los barrios residenciales acomodados.
La Table Mountain tiene más de 3 kilómetros de largo, y 1084 metros de alto. El teleférico que llega hasta ella cuesta 180 rands ida y vuelta, y para no esperar colas es mucho mejor reservarlo a través de Internet (los billetes tienen una validez de 7 días desde la compra) o en Computicket, que está en Waterfront, donde venden entradas para todos los espectáculos y atracciones de la ciudad.
Según sube, va girando hasta dar una vuelta completa y permite hacer fotos desde todos los ángulos. Al llegar arriba gira 360º en contra de las agujas del reloj.
Nuestra vivista es corta, pero quienes quieran descubrir la Table Bay pueden quedarse todo el día y caminar. Es una meseta completamente llana, pero conviene traer calzado cómodo para disfrutar de la naturaleza.
Desde aquí vemos toda la ciudad, la enorme bahía, mitad puerto, mitad playa inmensa, la Table Bay Beach, el centro de la ciudad, el Waterfront, el estadio Green Point del Mundial de Fútbol 2010, y a la izquierda las dos playas urbanas, Camp’s Bay y Clipton. Entre las dos, un promontorio con muy buenas vistas.
En lo alto de la Table Mountain hay un restaurante, no es nada especial, pero merece la pena subir sobre las seis de la tarde, y tomar algo disfrutando la puesta de sol. Hay otro restaurante, más grande, que abre solo para eventos.
El horario del teleférico es diferente en verano y en invierno, y la noche de Fin de Año permanece abierto hasta la 1 de la madrugada, para pasar la Nochevieja en las alturas.
Si coincide un día en que por mal tiempo el teleférico esté cerrado, una buena alternativa es subir a Signal Hill, desde donde se pueden tomar fotos panorámicas casi tan espectaculares.
Las playas urbanas del Cabo
El paseo peatonal de Victoria Road, que permite rodear toda la ciudad caminando, une el Waterfront con la zona de playas urbanas del Cabo.
Camp’s Bay es la más animada y se llena los fines de semana. Repleta de terrazas, discotecas y locales nocturnos, aquí está también The Bay Hotel. Un poco más adelante está la playa de Clifton, más cerrada, rodeada de edificios altos de apartamentos.
Water Front, ocio con vistas al mar
El Waterfront es el centro neurálgico de la animación en Ciudad del Cabo. A cualquier hora del día o de la noche, este lugar rebosa vida. Cuenta con centros comerciales como el Victoria & Alfred Waterfront, con boutiques, restaurantes, bares, un mercado de artesanía, y atracciones como la gran noria.
Desde aquí salen todas las excursiones en barco por la bahía, incluidas las que visitan Robben Island, el islote donde estuvo prisionero tantos años Nelson Mandela.
Para disfrutar de un día a bordo la compañía Howard David alquila un barco que fue de la marina mercante sudafricana; y la Waterfront Boat Company ofrece un velero para ver atardecer en la bahía, brindando con champán rosado, entre 140 y 220 rands por persona.
                                    ESCAPADAS CORTAS DESDE CIUDAD DEL CABO
De placer o negocios, ningún viajero puede marcharse de aquí sin descubrir lugares tan especiales como el Castillo de Buena Esperanza o su colorido Barrio Malayo; ni perderse la increíble vista panorámica desde The Table Mountain. Y, por supuesto, resulta obligada una escapada al mítico Cabo de Buena Esperanza y a los viñedos de Stellenbosch, Paarl o Franshoek, donde se encuentran algunas de las bodegas más famosas del mundo.
El mítico Cabo de Buena Esperanza es una excursión imprescindible desde la Ciudad del Cabo. Una ruta de playas espectaculares azotadas por el viento, pueblecitos a la orilla del mar y un ecosistema muy variado con flora y fauna autóctonas lleva al viajero por los lugares que recorrieron los antiguos navegantes.
A unos 70 kilómetros de la ciudad se extienden las zonas de viñedos, donde se elaboran los famosos vinos sudafricanos.
Una carretera flanqueada de árboles con flores lleva a la bodega Boschendal, una de las más grandes, donde se puede hacer una cata dirigida a la sombra de una encina. Si se busca algo más original, se pueden alquilar coches clásicos o motos con sidecar.
Los grandes parques naturales están un poco lejos, pero hay empresas que ofrecen minisafaris de un día desde Ciudad del Cabo para ver los Big Five. Por ejemplo Fairy Glen Safaris.
Otra opción muy atractiva es hacer un tour en helicóptero. La empresa Nacmakana ofrece recorridos por la ciudad de un cuarto de hora, por las tres bahías, o más largos hasta el Cabo de Buena Esperanza. 
La empresa Good Hope Tours, con guías especializados en turismo MICE como Francois Viljoen, que habla español, ofrece todas estas y otras muchas posibilidades tanto en el Cabo como en los alrededores. 
 
GUÍA PRÁCTICA PARA VIAJEROS MICE
Los mejores hoteles para el turismo de negocios
Por muy lujosos que sean los hoteles, en Sudáfrica no acostumbran a ofrecer al viajero demasiadas amenities en la habitación. Gel, champú, jabón, gorro de baño y un vanity kit con algodones es lo máximo que se puede esperar, y que sorprende a veces a los viajeros europeos.
The Table Bay. En el Waterfront, este cinco estrellas gran lujo de color crema y cubierta azul turquesa tiene unas vistas fantásticas. Desde algunas de sus 329 habitaciones se divisa el mar y la Robben Island, desde las traseras el puerto y a la Table Mountain.
The Table Bay pertenece a la cadena Sun International y es miembro de Leading Hotels of The World. Buenísimo el desayuno, con decenas de tipos de yogur, infinidad de zumos, cereales, comidas frías y calientes, incluyendo ostras y champagne, y un servicio excelente.
Inaugurado en el 1997 por el ex presidente sudafricano Nelson Mandela, tiene una pequeña piscina exterior en la terraza, con bar, y también spa, sauna y gimnasio. Cuatro espacios para reuniones de hasta 200 personas, un Business Center y 200 Mb al día de conexión wifi gratuita para los huéspedes por todo el hotel.
One and Only. Algo más alejado del mar, al pie de la montaña, pero con unas vistas increíbles, este hotel de cinco estrellas cuenta con varios restaurantes, zonas exteriores frondosas, spa, piscina e incluso embarcadero. Sus habitaciones y apartamentos, todos con wifi de cortesía, están decorados con arte contemporáneo africano y tienen terraza con vistas al agua de su lago interior.
La oferta gastronómica del One and Only es muy variada. Desde el Reuben’s, donde el chef Reuben Riffel prepara refrescante comida sudafricana entre música suave, grandes lámparas rojas y una colección de 5.000 botellas de vino sudafricano; hasta el Nobu, uno de los mejores japoneses de la ciudad, pasando por el Vista Lounge & Bar, un espacio acristalado para tomar un té espectacular a media tarde.
Es un hotel adecuado también para niños, para los que organizan excursiones, y que cuentan con espacios propios muy chulos en una zona de juegos de última generación, y tratamientos específicos en el spa.
Taj Hotel. Situado en el centro histórico, en la calle Wale Street, sus habitaciones son las más lujosas del Cabo, rebosan estilo y detalles sorprendentes como los pequeños bouquets de flores africanas.
Se puede desayunar en la terraza, donde hay mesas preparadas desde primera hora, en una tranquila calle peatonal frente a la estatua de Robert Gray D-D, primer obispo de Cape Town. El buffet del Taj Hotel no es muy abundante, pero el café expreso es excelente.
Victoria & Alfred. Un clásico de lujo en el Waterfront. El Victoria & Alfred stá cerca del acuario, en una zona de ocio donde abundan los mercadillos de artesanía, restaurantes, parkings baratos, tiendas, justo al lado del mar.
The Bay. Algo alejado de los centros de negocio, en Camp’s Bay, The Bay es la mejor opción si se quiere disfrutar de la playa. Es un edificio blanco, de diseño luminoso y servicio de lujo, uno de los mejores hoteles boutique de la ciudad.
City Lodge. Más modestos que los anteriores, la cadena City Lodge tiene varios hoteles tres estrellas con muy buena relación calidad-precio.
Descubriendo la gastronomía africana
Uno de los platos tradicionales de Sudáfrica es el Putu-pap, o simplemente Pap, una especie de pollenta de maíz que se cocina a fuego lento. Pero este país, capital oficiosa del continente, se caracteriza por ofrecer gastronomía procedente de toda África.
The Gold of Africa Museum, en el 96 de Strand Street Gold, es un restaurante africano perfecto para organizar cenas de grupo especiales. Nada más llegar, dos músicos expertos enseñan a los viajeros a tocar el bongo, luego te ofrecen toallitas para lavar las manos y una comida africana representativa de todo el continente.
La carta es un mapa de toda África, y la cena, servida en cuencos pequeños de colores, se acompaña de espectáculos de música africana, mientras unas jóvenes se ofrecen a pintarte la cara con motivos blancos tradicionales.

Aquí también se dan cursos breves, talleres de elaboración de joyas con cuentas de colores, maderas y materiales naturales, y cuenta con tienda y un museo dedicado a la historia y el arte africanos. 
En la Ciudad del Cabo hay muchos otros lugares especiales donde organizar cenas con espectáculo. Si el grupo es grande, una opción espectacular es alquilar el Castillo de Buena Esperanza, en el centro de la ciudad.
Si se prefiere algo más vanguardista, el 221 Waterfront es un restaurante de diseño limpio frente al mar. El servicio es algo lento, pero la comida es muy buena.
No se puede dejar de probar el Brownie con salsa templada de chocolate y helado.
Música y copas en la noche del Cabo
En el centro hay muchos locales para salir a bailar y tomar una copa. Muchos de ellos tienen una zona habilitada para fumar. El Irish Pub, cerca del Taj Hotel, y el Kennedy’s Cigar Bar, más tranquilo, con ambiente más joven en la primera planta, en Long Street.
En el Waterfront, el más famoso es el Michel’s Pub, especializado en cervezas irlandesas. Al otro lado del estadio, el Club Havana Cigar Bar. En Camp’s Bay, la zona de playas, La Med es famoso para ver desde aquí la puesta de sol.
De compras por la ciudad
Para comprar artesanía y muebles pequeños, además del mercadillo de Green Market, lo mejor es acercarse a alguna de las tiendas de Out of Africa, Indaba o Kraal Craft, que también tienen locales en otras ciudades y en los aeropuertos internacionales.
Para comprar ropa informal, la cadena Cape Union Mart, un estilo parecido al de Coronel Tapioca a muy buenos precios. También en Joburg y en los aeropuertos. 
Además de los centros comerciales en el Waterfront, hay un macrocentro a 10 minutos de la ciudad en la autovía N1 que cuenta con más de 400 tiendas y restaurantes, esel Canal Walk, ‘shop the world’, abierto de lunes a domingo de 9 a 21 horas.
La empresa Township Patterns vende bolsas para congresos hechas a mano por mujeres que trabajan en sus propias cooperativas en los townships y Cape Flats.
Un par de notas prácticas
El aeropuerto es un buen lugar para cambiar divisas por rands, la moneda local, que varía de precio en torno a los 0,10 euros. Si no hay tiempo a la llegada, es mejor sacar dinero de un cajero o buscar una casa de cambio como American Express, el cambio de los hoteles suele ser el más caro.
Desde el aeropuerto, un taxi puede cobrar unos 150-200 rands por persona hasta el centro. Un shuttle, bien sea de agencia o del propio hotel, suele salir más barato, por unos 50 rands.
Para moverse por la ciudad se pueden alquilar bicicletas, e incluso una Vespa, disponibles en casi todos los hoteles boutique como el Taj Hotel. Hay que tener en cuenta, eso sí, que aquí se conduce por la izquierda.

El clima en Ciudad del Cabo es templado y seco durante todo el año. Dicen que en los meses de mayo a julio el invierno puede presentarse lluvioso, pero seguramente es solo una excusa de sus habitantes para disfrutar a solas esta ciudad increíble.

 

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