Yo tenía miedo a volar

EXPRESO - 27.06.2010

Texto y fotos: Manuel Bustabad Alonso y Pilar Alonso Canto Yo tenía miedo a volar

Texto y fotos: Manuel Bustabad Alonso y Pilar Alonso Canto

Yo tenía miedo a volar. La verdad, no es tan raro. Para una de cada cuatro personas que se suben a un avión la experiencia es al menos desagradable, si no traumática.
A estas alturas todos tenemos claro que no es algo racional. Casi todos sabemos que el avión es el medio de transporte más seguro.
Los fríos números dicen que es mucho más peligroso desplazarse en coche durante cualquier fin de semana que coger un avión a cualquier lugar del mundo. Pero los números no nos quitan el miedo a muchos de nosotros.
Hay varias soluciones. Una es no subir a un avión. Reduce tu radio de acción, limita los sitios que puedes visitar, y aumenta los tiempos de desplazamiento a los que siguen dentro de tu alcance, por no hablar de los riesgos del medio alternativo. Pero estaremos evitando el problema, al menos.
Pero, ¿y si no puedes evitarlo? Tu trabajo te obliga a viajar, y para ser productivo necesitas hacerlo en avión. O mejor, ¿y si no quieres evitarlo? Te niegas a dejar que un miedo irracional controle tu vida, tu libertad de movimientos.
Este era mi caso. No es que esté obligado a volar, pero entenderán que colaborar como redactor en un medio como Expreso, dedicado al turismo y a los viajes es mucho más aburrido y limitado si sólo puedes desplazarte a donde alcancen los medios terrestres.
Buscando en Internet encontramos varias alternativas, pero una nos llama especialmente la atención: Perder el Miedo a Volar. Un curso destinado a que las personas que tienen miedo a volar lo pierdan… en dos días.
No es posible, se dirán –yo me dije también-. Al menos, coincidirán conmigo en que parece cuestionable que en tan poco tiempo se pueda revertir una situación personal que se ha enquistado a lo largo de los años.
Sin embargo, esta Curso que desarrollan conjuntamente Iberia y Wolters Kluwer se imparte desde hace veinte años por profesionales con mucha experiencia, y alcanzan el éxito en el noventa y ocho por ciento de los casos.
En la web del Curso está toda la información sobre el programa, horarios, fechas y profesionales que lo imparten, incluyendo un formulario para reservar plaza.
El caso es que finalmente termino matriculado en el curso. Dos días –viernes y sábado- en Barajas (Madrid), incluyendo viaje ida y vuelta a Barcelona en Puente Aéreo como parte de la formación, simuladores de vuelo, y explicaciones psicológicas y técnicas sobre la aerofobia me ofrecen la posibilidad de eliminar mi miedo.
Así que allá me voy. En tren. Doce horas de Cabina doble Gran Clase desde Coruña con todas las comodidades como alternativa a setenta minutos de avión y llegar a Madrid, dispuesto a dejarme convencer.
La formación se desarrolla íntegra –salvo el desplazamiento en Puente Aéreo- en las instalaciones de Iberia en el aeropuerto de Barajas, en la capital española.
Así que nos citan en el Hotel Meliá Barajas, situado justo al lado del aparcamiento de larga estancia del aeropuerto, y nos llevan en autocar hasta una especie de cortijo, donde el silencio sólo se ve interrumpido de vez en cuando por el aterrizaje de un avión en la lejana T4.
La mesa redonda con la que comenzamos, exponiendo cada uno nuestra historia y nuestros miedos, me permite comprender desde el primer momento que algunos de mis compañeros tienen situaciones personales mucho más extremas que la mía.
Un chico al otro lado de la mesa llama mi atención. Sus manos se mueven insistentemente sin encontrar acomodo encima de la mesa, como si tuviera pánico al simple hecho de tener que exponer su caso. Llega su turno.
Nacho, treinta y tantos años. Hasta los quince voló dos veces por semana sin ningún problema. Sin embargo, por circunstancias personales dejó de hacerlo, y poco a poco fue acumulando primero un malestar, luego un verdadero pánico ante la idea de tener que volver a montar en un avión. No ha vuelto a hacerlo desde entonces, y creo que le aterra saber que mañana se subirá de nuevo, veinte años después.
Otro compañero, veinticinco años, creativo publicitario y con terror al avión, se retuerce en su silla mientras nos asegura que él quizá no va a venir mañana. Jonathan tiene miedo a su reacción durante el vuelo; pierde el control cada vez que lo hace.
Así, uno tras otro mostramos a los demás nuestro miedo. Veinte personas, veinte circunstancias, con el denominador común que nos reúne allí: aerofobia.
Una vez expuesto nuestro caso, comienza la formación en sí. Luisa Martín, licenciada en Psicología y psicoterapeuta de este curso desde hace muchos años pese a su juventud, conduce la primera parte de la formación incidiendo en los aspectos psicológicos.
Así llegamos a la segunda parte de la primera jornada, uno de los momentos más esperados por la mayoría de los que allí estamos: la prueba del simulador.
Desde una cabina que en tamaño real emula la de un avión comercial como el que usaremos al día siguiente nos proponen experimentar varias incidencias de vuelo. 
La sensación es impactante.
No en vano estamos usando la misma infraestructura que utilizan los pilotos comerciales de Iberia tanto en su formación inicial como en los cursos de reciclaje.
El realismo de la experiencia es difícil de explicar, teniendo en cuenta que estamos en una plataforma que apenas se separa unos metros del suelo. Sin embargo, unos enormes brazos mueven la cápsula lo suficiente como para que nuestra mente se convenza durante unos minutos de que estamos en vuelo real.
Probamos situaciones de tormenta, vuelo sin un motor, y un aterrizaje frustrado en el último momento, con la nave ya en pista.
Cuando al final el comandante apaga el simulador con el avión despegando de Barajas nuevamente, mi cabeza tarda todavía unos segundos más en salir del engaño, y tengo la sensación de que nos vamos a caer. Pero aquello ya no se mueve más. Miedo irracional, nuevamente.
Suficiente emoción para el primer día, nos dejan nuevamente en el Hotel Meliá Barajas, donde nos recogerán al día siguiente y en el que tengo una habitación reservada.
Es la mejor opción, no sólo porque ofrecen descuentos a los participantes en el Curso de Iberia y Wolters Kluwer Perder el Miedo a Volar, sino también porque es punto de encuentro y, cada día, al terminar, el autobús te devuelve al hotel.
Buena elección, me digo, mientras ceno algo del extenso buffet de la cena. Situado en el pueblo de Barajas, muy cerquita de Ifema y del aeropuerto, su ubicación lo convierte en una magnífica opción como lugar de paso entre vuelos para evitar desplazarse a Madrid.
Pero, lejos de ser un simple dormitorio, el Meliá Barajas, uno de los veintiún hoteles que la cadena Sol Meliá tiene en la capital española, nos ofrece servicios a la altura de hoteles aparentemente más pretenciosos.
Buena cocina, amplias estancias y salas que permiten combinar el ocio con los negocios, y una zona ajardinada con piscina para rellenar huecos en la agenda. Incluso tiene cerca un campo de golf. Pero mi cabeza no está ahora para nada, así que termino la cena mientras no dejan de llegar tripulaciones al restaurante. Quizá mañana vuele con alguna de ellas.
Temprano –a las ocho y media- nos recogen al día siguiente, aunque antes nos da tiempo a compartir experiencias y expectativas en el desayuno a los que hemos elegido este hotel.
Nos vamos en autobús -todos menos Jonathan, que no se ha presentado- a las instalaciones de Iberia para comenzar la jornada de resolución de dudas técnicas.
Es increíble cómo en apenas unas horas Javier del Campo –piloto de Iberia durante 35 años y motor de este curso junto con Luisa- desmonta uno por uno los mitos creados alrededor de la fiabilidad de los aviones.
Javier nos descubre –nos abruma con datos diría yo- los mecanismos que convierten el avión en el medio de transporte más controlado y seguro de los que se utilizan comercialmente.
Esto no va a curar nuestra fobia, pero desde luego deja claro que ésta es irracional. No me va a quedar más remedio que aceptar los consejos de nuestra psicóloga y enfrentarme al avión. Barcelona nos espera.
Con prisa nos llevan a la T4, donde entre ovaciones Jonathan –creímos que no venías- se incorpora al grupo, y nos apresuramos a embarcar en el próximo vuelo a Barcelona con Iberia.
Natalia, que nunca ha volado, arruga nerviosa su billete mientras camina en círculos entre los asientos de la sala de espera, sabiendo que en unos minutos estará a miles de metros del suelo por primera vez.
El avión es un medio de transporte bastante cómodo, pero si encima te llevan en Primera Clase, entonces es difícil encontrar una excusa para no usarlo.
Salvo que te aterrorice, claro. Y nosotros somos veinte aerofóbicos entrando en una cabina de unos pocos metros cuadrados. Sonrisas –más que risas- nerviosas esconden la inquietud frente a lo desconocido en unos casos, ante nuestros miedos que se encuentran justo delante de nosotros.
Sólo que ahora sabemos cómo afrontarlos, y además nos apoyan Luisa y Javier, que viajarán con nosotros, y también Sandra y Sole, de Wolters Kluwer, encargadas de organizar la formación, el viaje, la comida... y cualquier imprevisto que surja en el camino.
No me gustaría pararme ahora a intentar convenceros de que funciona. Los testimonios de mis compañeros nos lo dejarán claro.
Eso sí, no dejéis pasar la oportunidad –si se os presenta- de visitar la cabina del piloto de un avión en pleno vuelo. Nosotros, privilegiados pasajeros de Primera Clase, nos pasamos el tiempo del trayecto a Barcelona entre fotos, visitas a la cabina del comandante y conversaciones eufóricas de pasillo.
En Barcelona, sin salir de la nueva terminal, comemos con calma y con tiempo para una tertulia inimaginable de veinte desconocidos a la espera de un avión que hasta hace pocas horas les aterraba.
Y entre trucos de ilusionismo –sí, también hay magos con miedo a volar- y salas VIP se nos termina el tiempo, y con el regreso a Barajas –parecemos bachilleres de excursión en autocar, a los que no les importa qué ocurre más allá de sus asientos- finaliza nuestro viaje, nuestra aventura.
Veintitantas horas que resultarían insignificantes para la mayoría de la gente, pero que seguro marcará la manera de afrontar éste y otros miedos en nosotros.
Ralentizados sólo por el goteo de despedidas, recogemos nuestras maletas en el Meliá Barajas, y más consciente que nunca de la desventaja de la recién curada aerofobia, acudo a la estación de tren con el tiempo justo de subirme al vagón –lleno de comodidades, no digo que no- que me llevará a casa tras otras doce interminables horas.
La experiencia ha sido fantástica. Pero lo importante es saber si hemos sentado las bases para perder el miedo a viajar en avión. Luisa, nuestra psicóloga, nos decía que el porcentaje de éxito es de más del noventa y cinco por ciento de los alumnos del curso. ¿Habrá sido así con nosotros?
En pocas semanas ya hemos intercambiado suficientes mensajes de correo electrónico como para sacar conclusiones:
‘El curso me ha ayudado mucho más que a superar el miedo a volar. Me ha ayudado a cambiar cosas del día a día en las que me ocurría lo mismo que al coger un avión: no delegaba el control de ninguna situación a nadie’. La que escribe es Andrea, barcelonesa, que es la primera, pero no será la única de nosotros que destacará este aspecto del curso: nos ha ayudado a confiar en situaciones de las que no tenemos el control.
Nacho, que llevaba quince años sin subirse a un avión, no tarda mucho en escribirnos y decirnos ‘Llegué a Finlandia (qué bonito es Laponia). Trataré de seguir volando haciendo uso de la estrategia que nos enseñaron (cada vez la encuentro más aplicable, por obvia que parezca, a otros planos de mi vida)’.
Yo no he vuelto a subir a un avión. Todavía. Pero estoy deseando tener un motivo, o simplemente una oportunidad, para volver a sentir la sensación de disfrutar de un viaje.
Estoy seguro de tendré presente la cara de alegría de Jonathan en su viaje de vuelta, y pensaré en Montse y su viaje a San Francisco y me acordaré de José María, de Nacho y de Ana y pensaré en Santiago, y en la fotografía sonriendo en un avión que le llevó a su hija, y que seré capaz de disfrutar el vuelo, igual que lo hicimos aquel día que vencimos al miedo.
 
FICHA PRÁCTICA
 
Cómo apuntarse al Curso:
En la web de Perder el Miedo a Volar tienes toda la información sobre el mismo y puedes hacer la reserva de plaza. Suele haber uno o dos cursos todos los meses del año, excepto agosto.
El curso dura dos días, viernes y sábado, e incluye un vuelo real en puente aéreo Madrid-Barcelona-Madrid en Bussines Class, sesión en simulador de Iberia, ponencias técnicas sobre aeronáutica, clases de preparación psicológica, los coffee breaks de los dos días, el almuerzo en Barcelona, traslados y apoyo psicológico en el desarrollo del curso.
Contacto: Wolters Kluwer Empresas. Calle Orense, 16. 1ª Planta. 28020 Madrid, España. Teléfono: 902 10 66 41 Correo: seminarios@wkempresas.es Web: www.perderelmiedoavolar.es
 
Dónde alojarse:
El mejor lugar para alojarse durante el curso es el Hotel Meliá Barajas porque tiene tarifas especiales para los participantes. Además, al finalizar ambas jornadas, el autobús devuelve a los alumnos al punto de encuentro, que es el hotel Meliá Barajas.
Si vienes de fuera de Madrid y deseas alojarte en el Hotel Meliá Barajas, puedes decir que asistes al curso y consultar las tarifas especiales.
El hotel está situado junto al aeropuerto, próxim al Recinto Ferial de Ifema, al Palacio de Congresos y al campo de golf Olivar de la Hinojosa. Muy bien comunicado con el centro de Madrid.
Contacto: Hotel Meliá Barajas. Avda. de Logroño, 305. Madrid, España. Teléfono: 917477700. Correo: melia.barajas@solmelia.com Web: www.melia-barajas.com
 
Agradecimientos:

Comentarios

ximo del támesis (no verificado)

despues de la experiencia que contáis, creo que me voy a apuntar, aunque antes miraré lo del precio... gracias

internauta (no verificado)

Manuel estupendo reportaje. Cuéntanos la sensación la próxima vez que vueles. A mi me hubiera gustado ver las caritas de antes y despues del vuelo a Barcelona. Enhorabuena

Fallen (no verificado)

Hola, yo no e echo este curso, pero la semana pasada viví mi primer vuelo. Le tenia panico, un par de minutos antes de despegar crei que se me iba a salir el corazon, y eso que me habia tomado un tranquimazin 0,50. Bien, el tranquimazin no te va a quitar el miedo jamas, pero una vez que el avion dejo de tocar el suelo me senti.... bien, sin miedo, tranquilo. Fue una hora y poco de total calma, miraba hacia delante y me imaginaba que era un autobus simplemente. Con esto quiero decir que el miedo que me produjo los dias antes se esfumaron en un momento, y el viaje fue fenomenal, a los pocos dias dias hize la vuelta, y como si llevase toda la vida viajando en avion. Incluso haciendome fotos y grabando videos con la camara. La verdad que es el medio de transporte mas comodo y mas rapido. Ahora solo pienso qn que llegen las proximas vacaciones para viajar al resto de europa, ya que hay sitios maravillosos por ver y que por culpa de ese miedo irracional que tenia me e perdido durante todos estos años. Un saludo y animaros!!!!

manuelorenzo (no verificado)

Qué envidia!! Como me gustaría que existiese un curso así en Perú!!

saul (no verificado)

sinceramente yo ya viaje unas 5 o 6 veces pero no puedo perder ese miedo a volar y espero algún día perder, pienso que avión es muy frágil para tanta velocidad en el aire, al menor ruido siento pánico.Quiero curarme

Manuel Bustabad (no verificado)

Hola, Saul
El avión no es nada frágil. Al contrario, es fuerte y flexible. Y las leyes de la física no dejan que se caiga. Debes dejar de intentar entender cada ruido que se oye en un avión.
Un saludo
Manuel Bustabad

isabela (no verificado)

Hola, yo tengo miedo a los aviones, aunque confieso que nunca he viajado en ninguno...El mes que viene tengo que coger uno si o si, porque ya me han cogido el billete, y tengo que hacer el recorrido de Barcelona-Sevilla, estoy nerviosisima, y la verdad es que yo no puedo permitirme el lujo de pagarme un curso, asi que haré una visita a la farmacia y a ver que me dan. ¿Cómo lo veis?
Gracias!

manuel Bustabad (no verificado)

Hola, Isabela.

Tienes que tener clara una cosa: el miedo que sientes, que es totalmente real, no tiene en realidad fundamento racional. Claro que el avión puede tener un accidente, pero es muy poco probable. Casi todas las actividades que realizamos cada día tienen más riesgo (estadística en mano), pero no por ello nos atemorizamos por cada cosa que hacemos.

Como cualquier fobia, lo ideal sería que no la intentes evitar, si no que te enfrentes a ella. Si te atreves te recomiendo lo siguiente:
No busques medicación, ni tranquilizantes, ni alcohol, ni nada que te atonte. En algún momento previo al vuelo en el que estés tranquila intenta racionalizar la idea de que el avión es seguro, independientemente de que tú tengas miedo.

En el momento en que aparezca el miedo recuerda esa idea (el avión es seguro). Esa idea no te va a quitar el miedo, sólo se trata de que en ese momento tu cabeza le recuerde a tu cuerpo que el miedo es irracional. Tendrás que convivir con ese miedo durante el vuelo, pero no pasará nada. Durará una hora o lo que dure el vuelo y luego disfrutarás de Sevilla, que es una ciudad preciosa.

Esa tiene que ser tu victoria, saber que serás capaz de estar una hora pasando miedo pero que -racionalmente pensado- sabes que no va a pasar nada. Sólo es una hora de malestar.

Suerte y cuéntanos tu experiencia después del viaje.

Manuel Bustabad

Adhara (no verificado)

Me ha encantado el articulo...y estoy ya mirando lo del curso (aunque tengo que mirar el precio, claro). Mi historia es mucho más "cutre". Llevo cogiendo aviones desde que era pequeña, para ir a cualquier lado (lo mismo daba Estados Unidos que Málaga). Me parecía el medio más seguro, el más rápido y el más cómodo. Pero el año del accidente de Spainair yo había montado en ese avión el mes anterior. Al principio lo tomé como algo "curioso", y claro, los comentarios del tipo "dios mío, imaginate que nos pasa a nosotros..." eran habituales. Pocos meses después tenía que volar a París, me monté en el avión y empecé a ponerme malísima. No entendía que me estaba pasando, pasé el peor despegue de mi vida, es más, pensé que me moría allí mismo (no podía respirar, me mareaba, en fin, un número). Desde entonces he seguido cogiendo aviones, cada vez menos y menos (intento evitarlos), y cada vez que me monto voy pasándolo peor. Hace dos días que volví de Ibiza y la semana antes de irme y la semana que pasé alli de vacaciones (la de antes de volver), no podía pensar en otra cosa que no fuera en que tenía que volar, así que no disfruté ni de las vacaciones, obsesionada como estaba con el hecho de tener que montarme en un avión. Estos dos últimos vuelos han sido la gota que ha colmado el vaso. No solo me pongo malísima físicamente si no que ya me da hasta por llorar, y pasarme en un estado de tensión permanente (ni puedo leer ni levantar la cabeza en todo el vuelo, menos mal que el de Ibiza solo dura 50 minutos...), así que me he puesto manos a la obra y buscando cosas como "miedo a volar", os he encontrado a vosotros y gracias a vosotros el curso en cuestión :) Ya os contaré la experiencia!!!

Manuel Bustabad (no verificado)

Adhara, sólo puedo desearte mucho ánimo para afrontar el curso. Creo que será especialmente útil en tu caso, pues lo que has desarrollado -creo, desde mi opinión profana- es una fobia irracional. Lo digo porque seguramente conozcas a alguien que ha tenido algún accidente en algún coche en el que previamente hayas viajado tú también y no por ello te has planteado que tienes que dejar de andar en coche.
Atrévete a hacer el curso, ya verás cómo lo disfrutas. Y envía un abrazo de mi parte a los instructores (Luisa y Javier) y a las chicas de la organización.

Manuel Bustabad

Sergio81 (no verificado)

Me"alegra"saber que no soy el unico que con el tiempo el miedo a volar se agudiza,y mas aun sabiendo que fue despues de lo de Spanair,aun humeante el terreno y con operarios recogiendo dios sabe que,yo sali al dia siguiente a marruecos en el mismo modelo de avion,un Mcdonnell Douglas 82,y desde la misma terminal, he volado varias veces despues en diferentes modelos,aeropuertos y destinos y cada año va a peor,hasta el punto en que veo aterrizar o despegar un avion y me pongo malo(tipo bajon de tension),no se si lo mio tiene cura,pero espero y deseo enormemente que lo vuestro pase rapido...

marionetta (no verificado)

Cuánto daño hizo el vuelo de Spanair... a mí me sucedió exáctamente lo mismo. Y sigo sin volar desde entonces. He buscado otro curso y a ver qué pasa... lo hago el 20 de abril´... tengo esperanzas de sentirme como hace años

andina (no verificado)

Hola buenas tardes,yo tambien tengo miedo a volar y nunca lo he echo,pero en breve me cojere vacaciones y me voy fuera de España y me toca cojerlo....aparte del miedo a que podamos sufrir un accidente,yo tengo grandisimo miedo a las alturas, tengo panico a las atracciones, asomarme a puentes altos....en fin, a las alturas...me gustaria que me aconsejarais que tengo que hacer,por que me amagino que en el despegue y aterrizaje se note.muchas gracias de antemano

internauta (no verificado)

Hola,me gustaría saber como fue tu experiencia ya que tengo el mismo problema que tu,un saludo

Alvaro (no verificado)

Hola me pasa exactamente lo mismo

internauta (no verificado)

Hola!

Hace poco hice el curso y lo recomiendo a cualquier persona que tenga algun problema de cualquier tipo, referente al avión. Mi miedo era estar encerrada y no poder salir. Ha sido día y medio bastante estresante, lo reconozco, pero ha valido la pena.
El miedo no se os va a ir así como así, pero os enseñaran a reaccionar y a enfrentarlo. Todo poco a poco.
En cuanto lo podáis hacer, hacerlo, os irá de maravilla y saldréis pensando: joo, como no lo hice antes...

PD: Te doy las gracias por éste artículo, ya que gracias a él me decidí finalmente hacer el cursillo. Me ayudó mucho.

Carmen62 (no verificado)

Hola alguien podría informarme , si se imparten estos cursos en Palma de Mallorca ? Necesito superar este miedo a volar sola Yaaaa , agradecería cualquier información que me podáis hacer llegar sobre este tema .

Catalina (no verificado)

Hola:
La verdad es que para mi viajar es aldo bastante difícil, mucho tiempo antes siempre estoy pensando en el viaje y me lleno de mucho pánico, puesto que son viajes de 11 horas de vuelo, aunque he viajo varias veces, la paso siempre muy mal,me estreso y me pongo demasiado nerviosa, cuando siento las turbulencias es como si mi corazón ya no aguantara mas. Quisiera dejar todo esto a un lado y sentirme bien, porque esta claro que estos viajes los hago para ver a mi familia.

Gracias

Saludos

Maria Navas (no verificado)

Hola,me ha gustado mucho tu artículo, me preocupa sobre todo los días previos y esa noche antes de volar.. Como lo pasasteis? Dormiste algo?? Has seguido volando después
Acabo de pedir información y aunque me da miedo el simple hecho de hacerlo me gustaría tener tu opinión

Fabián (no verificado)

Buenas a todos,

Siempre se dice que mal de muchos consuelo de tontos, pero por lo menos me reconforta saber que hay mucha gente que ha pasado por lo mismo y que lo ha superado. He de decir que desde pequeño me han encantado los aviones. Me gustaba volar y lo he hecho muchas veces incluso sólo hasta que lo pasé mal un día durante un vuelo. Después volví a volar, pero no puedo controlar la ansiedad. Soy consciente de que los aviones son seguros. Me encantan... pero es impresionante la frustración que sufro al no poder subirme a uno. Siempre buscando excusas para desviar los temas... horas de tres, bus, estoy harto la verdad. Quiero volver a ser el que era en ese aspecto. Muchas veces he intentado comprarme un billete e ir donde fuera, solo por el hecho de superar el miedo, porque sé que es algo psicológico, irracional. Muchas gracias por el artículo y por mostrar lo positivo de todo esto.

novia a la fuga (no verificado)

Estoy interesada porque me da pánico volar...
Me caso este año y la luna de miel si no pierdo el miedo a volar será en la ciudad de al lado.
Buscando soluciones he llegado a esta publicación.
He abierto la página para buscar el curso y me salen otros pero el de perder el miedo a volar no me sale.

(Viaje en avión por primera vez hace 15 años... con solo 8 años y la experiencia fue horrorosa... al pasar por la zona de ecuador el avión pasó por un pozo de aire bastante grande... bajó bastantes metros de golpe y me asusté bastante... a partir de ahí solo viajé en avión 4 veces más. Hace 11 años que no lo hago... y de no enfrentarme a ello ahora se suman más miedos relacionados con el aeropuerto y las cosas que pasan hoy en día... cada vez me veo menos capaz de enfrentarme a ello.. y quiero hacerlo, aunque sea sólo para la luna de miel.
No quiero reservar billete de avión hasta no perder el miedo porque sino me veo como "novia a la fuga", salir del aeropuerto y quedarme en casa, sin luna de miel y sin el dinero que pagamos por ella.)

Aunque primero quiero ver el precio del curso jaja pero me gustaría poder tener la información y luego decidir.

EXPRESO

 El enlace del curso ha cambiado, ahora las personas que lo impartían están en: http://www.miedoavolar.eu/

Camilatf99 (no verificado)

Hola yo desde los 13 le tengo pánico a volar y ahora tengo 17 años. Ya han pasado 5 años de tener esta Dependencia al miedo a volar y quisiera pararla ya. Este año tenía previsto realizar un viaje a Italia a una audición para que me acepten en una academia y lamentablemente me asuste y me baje del avión y no viaje. Probablemente me perdí la mejor oportunidad de mi vida porque he luchado exactamente desde los 12 años para ser aceptada en un instituto y cuando porfin después de 6 años de entrenamiento se me da la oportunidad me la perdí por mi miedo a volar. Desde que tengo 5 años he viajado y de chiquita me encantaba pero a los 13 años me empezó un miedo chiquito creado por mi mente y al pasar los años ha ido creciendo y ya no lo puedo controlar.
Necesito ayuda urgente no puedo vivir así y mi vida no puede depender de mi miedo a volar.